ESTADOS NACIONALES Y GRUPOS ÉTNICOS



El actual sistema de Estados-Nación se consolida tras el hundimiento de los Imperios coloniales a partir de la postguerra en el 1945. El consenso mundial llevó a que se implantara una estructura internacional capaz de generar un equilibrio de poder lo suficientemente sólido como para evitar los errores del pasado. Tal estructura consagra la existencia de ciertas unidades territoriales independientes (al menos en teoría), absolutamente soberanas (también en teoría, claro) e inviolables (al menos en lo que se refiere a agresiones militares directas). Dos principios básicos rigen este sistema: la no intervención de un Estado en los asuntos de otro Estado y la integridad territorial. Secundariamente, aunque propagandísticamente aparezca como la vedette, está el principio de autodeterminación de los pueblos. De hecho el principio de autodeterminación aparece ya en el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas firmada por las naciones fundadoras el 26 de junio de 1945 (entró en vigor el 24 de octubre). Fue aplicado durante el proceso de descolonización que tuvo su pico máximo en las décadas del '60 y '70 y se convirtió en la bandera de las naciones tercermundistas y las del antiguo bloque socialista. En cambio, la defensa a ultranza del principio de integridad territorial aparece asociado al grupo de las ex potencias colonialistas. La solución llegó a través de una complicada legislación internacional basada en dos puntales: la noción de "pueblo" asociado al concepto de "ciudadano" de un Estado, y el respeto de la soberanía territorial de un Estado con base en el principio "uti possidetis iure" (mantenimiento del statu quo territorial al final de un conflicto). También se decidió aplicar la noción de colonia (sometida a posible proceso de descolonización) a los territorios ultramarinos. De este modo se eludía la cuestión de los separatismos y el llamado "colonialismo interno".
En realidad los Estados-Nación son principalmente estructuras de base territorial económicamente sustentables y poca cosa más. Por alguna casualidad (o causalidad específica) las fronteras de un Estado moderno pueden coincidir con las de un determinado grupo étnico. Pero los hechos confirman que la regla es otra: las estructuras político-económicas llamadas Estados-Nación han creado grupos étnicos amalgamando a muchos colectivos bajo el concepto de "ciudadano". Muchas veces ha ocurrido que dentro de fronteras se han cometido todo tipo de atropellos contra minorías y colectivos étnicos de larga tradición, en nombre de una nueva identidad impuesta desde oligarquías oportunistas.
En este contexto la estructura actual de Estados nacionales crea nuevas etnicidades: el ciudadano legal o nacionalizado habitante de una determinada estructura territorial-política-económica. En algunos casos se tiende a considerar al Estado como una entidad superior que contiene varios "pueblos" o "naciones". Es el caso de Gran Bretaña. Pero el modelo estatal más difundido es el francés, un tipo de Estado unitario donde se impulsa una fusión de las diversidades internas en procura de forjar la idea de un solo pueblo. Esta idea ha llevado a experimentos brutales dentro de fronteras, con atropellos hacia las minorías étnicas. Finalmente, y a pesar de la vigencia de este modelo en la mayor parte de los países "periféricos", aún en la misma Francia hubo que retrocederse hacia la regionalización y respeto de las diversidades internas.

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