GOLIATH: HOMO HEILDELBERGENSIS
La cuestión de los fósiles "arcaicos" europeos es similar a la cuestión del viejo "homo erectus". También es similar a la cuestión de los fósiles africanos englobados en el taxón rhodesiensis (algunos agregan el helmei). Antiguamente se los consideraba como Homo sapiens "arcaicos" o bien, como Homo erectus "tardíos" o "evolucionados". La nueva clasificación no conforma a todos pero es obvio que constituye un esfuerzo más genuino por entender la auténtica trayectoria filogenética de nuestros ancestros. Quizá el criterio que se sigue actualmente para clasificar los fósiles en cuestión es más bien geográfico y no genético. La tendencia es a considerar a los restos africanos como rhodesiensis y a los europeos como heildelbergensis. Y lo cierto es que parece que estamos en presencia de un complicado ramillete de géneros homínidos que presentan una gran variabilidad.
Este fenómeno podría explicarse por varias razones. La principal es el hecho de que se trata de descendientes de homínidos que se dispersaron al comienzo de las grandes glaciaciones (780.000 años atrás) y que quedaron aislados prácticamente durante la larga fase fría que se extiende hasta hace 130.000 años aproximadamente. Esta situación favoreció la divergencia genética de las poblaciones. Por otro lado también está el hecho de que se trata de especies en formación, aún no estabilizadas genéticamente, lo que favorece la variabilidad y la aparición de "mutaciones" viables sensibles a las presiones medioambientales. Los períodos de formación de nuevas especies suelen prolongarse en el tiempo (se habla de hasta un millón de años) mientras se produce el distanciamiento genético entre las poblaciones. Mientras tanto suele ocurrir que las especies (la "inicial" y aquella o aquellas "derivadas" de ella) se hibriden. Los homínidos surgidos entre un millon y 700.000 años atrás estarían en esta categoría "inestable" de "quasi-especies", lo que dificulta tanto su clasificación taxonómica.
El Hombre de Heildelberg nace en su concepción moderna a partir de la mandíbula de Mauer (Mauer1), descubierta en 1907 cerca de Heildelberg, Alemania. Su antigüedad es de 600.000 años, lo que la convierte en el más antiguo fósil adjudicado a la especie en cuestión. A menos que se considere definitivamente como un heildelbergensis el cráneo de Leinetal, Hannover (Baja Sajonia), descubierto en 2008 y al que se le asigna una antigüedad de 700.000 años. Los otros fósiles atribuídos a Homo heildelbergensis son: el cráneo de Steinheim an der Murr (cerca de Stuttgart, Alemania, hallado en 1933), con una capacidad de 1110-1200 cc., datado en 250-350.000 años; parietal y occipital de hembra jóven adulta, de 1300 cc., hallados en Swanscombe, Inglaterra, datados en 250.000 años; fragmentos de maxilar con dientes, y tibias de Pontnewydd, Inglaterra, datados en 251-195.000 años; restos craneales y postcraneales, pertenecientes a varios individuos, de Ehringsdorf (Alemania), datados en 350-200.000 años; un cráneo incompleto de Reilingen (Alemania); fragmentos craneanos asociados a industria Modo 1 evolucionado, en Bilzingsleben (Alemania), datados en 400.000 años; lanzas de madera de Schöningen (Alemania), de 400.000 años; dos dientes, parte de una tibia (datados en 350-300.000) y rastros de matanza o simple despiece de animales de hasta 500.000 años en Boxgrove (Inglaterra); cráneo hallado en Petralona (Grecia) en 1960, con capacidad de 1220 cc y antigüedad de 250-150.000 años; dos cráneos (Apidima I y II) de 200.000 años de Apidima (Grecia); cráneo de Tautavel, Arago, Francia (Aragó21), descubierto en 1971 por Henry de Lumley, datado en 400.000 años, capacidad de 1150 cc.(los fósiles de Arago ascienden a 80, destacándose además de Arago 21, la mandíbula de femenino Arago 2, la mandíbula de masculino Arago 13, el hueso ilíaco Arago 44, dientes pertenecientes a diez individuos, todos ellos ubicados entre 550 y 340.000 años); dientes asociados a industria Levallois en Orgnac 3 (Francia), con antigüedad de 350-320.000 años; canino de menos de 500.000 años de Vergranne (Francia); restos de individuo infantil de 400-200.000 años de Pech-de-l`Aze (Francia); cráneo incompleto de Biache-Saint Vaast (Francia), con 263-175.000 años; parietal de subadulto, incisivo de niño y canino adulto de Le Lazaret, asociados a industria achelense (Francia), datados en 160.000 años; cráneo adulto, cráneo infantil con mandíbula y tres dientes, asociados a industria Levallois, de Grotte Suard, La Chaise (Francia), datados en 130.000 años; mandíbula de Montmaurin (Francia); fémur asociado a industria achelense de Vanosa-Notarchirico (Italia), de 400-350.000 años; dos incisivos de 458.000 años de Fontana Ranuccio (Italia); cúbito, tibia y fagmento craneal de 450.000 años de Cava Pompi (Italia); mandíbula y cinco dientes de 400.000 años, de Visogliano (Italia); fémur de 200.000 años, de Ponte Mammolo (Italia); fragmentos craneanos y diáfasis de fémur asociados a industria achelense, de 300.000 años, de Castel di Guido (Italia); pelvis femenina de 200.000 años de Grotta del Principe (Italia); metatarsiano, fémur y fragmentos craneanos de 200.000 años de Sedia del Diavolo (Italia); restos postcraneanos y diente de 200.000 años de Grotta del Poggio (Italia); fragmento de parietal de 200.000 años de Casal de Pazzi (Italia); occipital y dientes de 380-350.000 años de Vérteszöllös (Hungría); metatarsiano y vértebra cervical de Cueva del Congosto, Alcorlo, Guadalajara (España); húmero femenino de Cueva de Lezetxiki, Mondragón, Guipúzcoa (España); 5.000 fósiles de 28 individuos de la Sima de los Huesos de Atapuerca (España) datados en 320.000 años.
A estos fósiles habría que agregar, según algunos autores, el cráneo de Ceprano (Italia), que ha sido datado recientemente en 400.000 años. También se asocian a heildelbergensis los posibles rastros de viviendas, muros bajos, chimeneas, uso del fuego y herramientas achelenses asociadas con 400-380.000 años, de Terra Amata (Niza, Francia), descubiertos por Henry de Lumley en 1966 (si bien fueron impugnados por autores como Paola Villa quienes creen que de Lumley se excedió en sus conjeturas, ya que la mayor parte de las evidencias pueden ser explicadas por eventos naturales). Otros sitios con supuestas evidencias de uso de fuego: Suffolk (Inglaterra), Finisterre (Francia), Vértesszöllös (Hungría).
Respecto a los fósiles de la Sima de los Huesos, presentan varias singularidades. En primer lugar está el hecho de que se trata de la mayor concentración de fósiles homínidos de todo el Pleistoceno Medio descubierta hasta hoy (costituyen el 80% de los fósiles del período). Data de 1976, cuando el equipo de Trinidad Torres descubre los primeros restos (fragmento mandibular de 300.000 años: AT76-T1H). En segundo lugar está el hecho de que se encuentra envuelto en el misterio: no hay una explicación contundente sobre la presencia de 28 individuos concentrados en una cueva. Por último, los fósiles parecen ser diferentes al resto de los conocidos como heildelbergensis.
Sobre los fósiles en sí, incluyen: 10 cráneos (10 de ellos con criba orbitaria o perforaciones en el interior de las órbitas, y varios con rastros de traumatismos curados), 6 mandíbulas robustas y sin mentón (con signos de artrosis degenerativa en seis de ellas), alrededor de 500 dientes sin rastros de caries y con marcas de uso de mondadientes, con rasgos neanderthaloides típicos (incisivos superiores en pala, caninos con cíngulos gruesos, premolares no molarizados, molares decrecientes en largo y en ancho), 466 costillas, 645 vértebras, 42 clavículas, 114 escápulas, 110 húmeros, 65 cúbitos, 85 radios, 173 fémures, 89 tibias, 105 peronés, 20 rótulas, restos de extremidades (304 falanges de manos, 208 falanges de pies, 101 carpos, 93 metacarpianos, 103 tarsos, 80 metatarsos) con señales de líneas de Harris en restos infantiles (evidencia de enfermedades infantiles), hioides y huesos del oído (que han permitido a autores como I. Martínez inferir capacidad de lenguaje articulado en aquellos individuos).
Los fósiles más conocidos de la Sima de los Huesos son: Atapuerca 5 (AT700), conocido como "Miguelón", descubierto entre 1992 y 93 por José Luis Arsuaga, es un cráneo completo de 300.000 años y capacidad de 1125 cc, de cuyo análisis se ha deducido que era diestro; Atapuerca 4 (caja craneal completa sin cara de individuo adulto con artritis avanzada); pelvis y otros huesos de individuo adulto ("Elvis", datada en 500.000 años, con rastros de padecimiento de enfermedad degenerativa grave; cráneo deforme de niño enfermo de 10 años ("Bemjamín"), y antigüedad de 500.000 años, evidencia de que la comunidad cuidaba a aquellos individuos inválidos.
A pesar de los casos señalados la mayoría de los individuos hallados en la cueva no muestran síntomas de enfermedad, ni tampoco rastros masivos de haber sido devorados por carnívoros o por congéneres (es decir, canibalismo). La hipótesis más extendida es que se la cueva era un lugar donde se depositaban los cadáveres de los que morían. Otros autores apuntan a algún tipo de accidente que produjo la muerte de un grupo de individuos que quedó atrapado en el lugar.
La cuestión de la extrema variabilidad de los restos de Atapuerca ha sometido a presión a la hipótesis del heildelbergensis generalizado. Sostenida ésta por autores como Rightmare (1997) y Ward (también por de Lumley y Aguirre desde 1977, quienes argumentaron en contra de la existencia del taxón erectus en Europa y África restringiéndolo a Asia), se basan en la idea de que, pese a las diferencias, es razonable hablar de un clado taxonómico europeo antepasado de Neanderthalensis con características genéricas comunes. En efecto ellas serían: mandíbula moderadamente robusta, dientes pequeños, arcada dental parabólica, bóveda craneal baja y alargada, capacidad cranena de hasta 1350 cc., arco cigomático saliente y orientado hacia adelante, gran abertura nasal, frente huidiza con torus pronunciado en doble arco, prognatismo profundo, extremidades inferiores largas, pelvis corta en forma de cubeta, estatura elevada (hasta 1,80 metros, las hembras diez cms. menos) y peso de hasta 105 kg. Se trataría de un tipo humano que revela fuertes indicios de cohesión y organización social, además de una posible conducta cazadora. Heildelbergensis no sería estrictamente (o exclusivamente) hablando un carroñero y clectoparásito como el Homo ergaster (quizá erectus también). Se cree que podía hablar, manipulaba el fuego (quizá también lo producía) y también utilizaba abrigos de pieles.
Sin embargo los investigadores vinculados a Atapuerca apuestan a una revisión de la hipótesis heildelbergensis. Stringer (1993) y Arsuaga creen que se trata de una cronoespecie (segmento de linaje que ha sufrido un débil proceso evolutivo, por lo que no se lo puede considerar una especie definida) que forma parte de la evolución anagenética (filética o progresiva) de neanderthalensis (Dean, 1998), o un grado (conjunto de grupos con evolución en paralelo).
Esa es la razón por la que algunos autores conservan las denominaciones steinheinmensis, swanscombensis, tautavelensis, paleohungaricus, petraloniensis, palaestinensis, mauritanicus...para los distintos fósiles con características peculiares.
El llamado Hombre de Steinheim podría ser una variante local posterior a los restos Heildelberg clásicos (Mauer). Incluye el cráneo de Steinheim, de 1100 cc.,, encontrado en 1933, perteneciente a una mujer de 25 años y una antigüedad de 250-300.000 años, que murió a causa de un meningioma (según los estudios de Alfred Czarnetzki, Carsten Pusch y Schwaderer Erwin de la Universidad Eberhard Karls de Tübinga, Alemania, realizados en 2003). También podrían agregarse los fósiles de Ehringsdorf, en total restos de siete individuos hallados entre 1908 y 1925, datados algo imprecisamente en alrededor de 250.000 años de antigüedad.
El llamado Hombre de Swanscombe es el prototipo para la variedad heildelbergensis de Inglaterra. Los tres fragmentos del cráneo de Swanscombe fueron encontrados en 1935, 36 y 55 por Alvan Marston y pertenecen a un individuo con capacidad craneal de 1325 cc., que vivió hace 200-300.000 años. Se incluyen en el grupo los restos de Boxgrove y Pontnewydd.La región de Swanscombe era conocida desde antes del hallazgo de los cráneos por la numerosa evidencia de industria achelense-clactoniense encontrada, datada en 400.000 años.
El occipital hallado en la localidad húngara de Vértesszöllös, asociado a industria lítica achelense, datado en 300.000 años, posee rasgos arcaicos acentuados, pero su capacidad craneal es de 1470 cc. Ésto lo colocaría prácticamente en el rango de Homo sapiens. Por esa razón se lo catalogó anteriormente como Homo erectus u Homo sapiens paleohungaricus.
El Hombre de Tautavel (Pirineos Orientales) fué reconstruído en base aunos 80 fósiles de varios individuos que vivieron en Caune de l`Arago, Tautavel (Francia). Datados en 450.000 años presentan varias peculiaridades. Recuerdan al pekinensis por sus gruesos torus en doble arco, pero presentan una típica característica neanderthaloide: la mandíbula superior plana constituyendo una suerte de hocico (que no está presente en Steinheim). Su capacidad craneal es de 1150 cc. Aparece asociado a industria lítica achelense llamada tayaciense antiguo, a posible utilización del fuego y presunta conducta cazadora (otros autores creen que el Hombre de Tautavel era más bien carroñero y caníbal).
También presenta características distintivas el Hombre de Petralona, un cráneo de individuo adulto encontrado en en una cueva del monte Katsika, Petralona, Calcídica (Grecia) por el espeleólogo Christos Sariannidis en 1960. Presenta un occipucio en ángulo, no redondeado como es característico en neanderthalensis y en la mayoría de los heildelbergensis. Presenta prognatismo reducido y carece de cresta sagital, lo que lo dota de un aspecto muy moderno. Sin embargo posee el torus en doble arco, ancha apertura nasal y huesos de las mejillas inflados, características típicas de heildelbergensis. La mandíbula es ancha, la cara alargada, ancha y maciza en su parte superior. Su capacidad craneana es de 1220 cc. Ha sido datado recientemente en 250.000 años (anteriormente se lo ubicaba entre 750-550.000 años). Hay autores que discuten su filiación a heildelbergensis, aduciendo que es comparable a ciertos restos asignados a rhodesiensis
Este fenómeno podría explicarse por varias razones. La principal es el hecho de que se trata de descendientes de homínidos que se dispersaron al comienzo de las grandes glaciaciones (780.000 años atrás) y que quedaron aislados prácticamente durante la larga fase fría que se extiende hasta hace 130.000 años aproximadamente. Esta situación favoreció la divergencia genética de las poblaciones. Por otro lado también está el hecho de que se trata de especies en formación, aún no estabilizadas genéticamente, lo que favorece la variabilidad y la aparición de "mutaciones" viables sensibles a las presiones medioambientales. Los períodos de formación de nuevas especies suelen prolongarse en el tiempo (se habla de hasta un millón de años) mientras se produce el distanciamiento genético entre las poblaciones. Mientras tanto suele ocurrir que las especies (la "inicial" y aquella o aquellas "derivadas" de ella) se hibriden. Los homínidos surgidos entre un millon y 700.000 años atrás estarían en esta categoría "inestable" de "quasi-especies", lo que dificulta tanto su clasificación taxonómica.
El Hombre de Heildelberg nace en su concepción moderna a partir de la mandíbula de Mauer (Mauer1), descubierta en 1907 cerca de Heildelberg, Alemania. Su antigüedad es de 600.000 años, lo que la convierte en el más antiguo fósil adjudicado a la especie en cuestión. A menos que se considere definitivamente como un heildelbergensis el cráneo de Leinetal, Hannover (Baja Sajonia), descubierto en 2008 y al que se le asigna una antigüedad de 700.000 años. Los otros fósiles atribuídos a Homo heildelbergensis son: el cráneo de Steinheim an der Murr (cerca de Stuttgart, Alemania, hallado en 1933), con una capacidad de 1110-1200 cc., datado en 250-350.000 años; parietal y occipital de hembra jóven adulta, de 1300 cc., hallados en Swanscombe, Inglaterra, datados en 250.000 años; fragmentos de maxilar con dientes, y tibias de Pontnewydd, Inglaterra, datados en 251-195.000 años; restos craneales y postcraneales, pertenecientes a varios individuos, de Ehringsdorf (Alemania), datados en 350-200.000 años; un cráneo incompleto de Reilingen (Alemania); fragmentos craneanos asociados a industria Modo 1 evolucionado, en Bilzingsleben (Alemania), datados en 400.000 años; lanzas de madera de Schöningen (Alemania), de 400.000 años; dos dientes, parte de una tibia (datados en 350-300.000) y rastros de matanza o simple despiece de animales de hasta 500.000 años en Boxgrove (Inglaterra); cráneo hallado en Petralona (Grecia) en 1960, con capacidad de 1220 cc y antigüedad de 250-150.000 años; dos cráneos (Apidima I y II) de 200.000 años de Apidima (Grecia); cráneo de Tautavel, Arago, Francia (Aragó21), descubierto en 1971 por Henry de Lumley, datado en 400.000 años, capacidad de 1150 cc.(los fósiles de Arago ascienden a 80, destacándose además de Arago 21, la mandíbula de femenino Arago 2, la mandíbula de masculino Arago 13, el hueso ilíaco Arago 44, dientes pertenecientes a diez individuos, todos ellos ubicados entre 550 y 340.000 años); dientes asociados a industria Levallois en Orgnac 3 (Francia), con antigüedad de 350-320.000 años; canino de menos de 500.000 años de Vergranne (Francia); restos de individuo infantil de 400-200.000 años de Pech-de-l`Aze (Francia); cráneo incompleto de Biache-Saint Vaast (Francia), con 263-175.000 años; parietal de subadulto, incisivo de niño y canino adulto de Le Lazaret, asociados a industria achelense (Francia), datados en 160.000 años; cráneo adulto, cráneo infantil con mandíbula y tres dientes, asociados a industria Levallois, de Grotte Suard, La Chaise (Francia), datados en 130.000 años; mandíbula de Montmaurin (Francia); fémur asociado a industria achelense de Vanosa-Notarchirico (Italia), de 400-350.000 años; dos incisivos de 458.000 años de Fontana Ranuccio (Italia); cúbito, tibia y fagmento craneal de 450.000 años de Cava Pompi (Italia); mandíbula y cinco dientes de 400.000 años, de Visogliano (Italia); fémur de 200.000 años, de Ponte Mammolo (Italia); fragmentos craneanos y diáfasis de fémur asociados a industria achelense, de 300.000 años, de Castel di Guido (Italia); pelvis femenina de 200.000 años de Grotta del Principe (Italia); metatarsiano, fémur y fragmentos craneanos de 200.000 años de Sedia del Diavolo (Italia); restos postcraneanos y diente de 200.000 años de Grotta del Poggio (Italia); fragmento de parietal de 200.000 años de Casal de Pazzi (Italia); occipital y dientes de 380-350.000 años de Vérteszöllös (Hungría); metatarsiano y vértebra cervical de Cueva del Congosto, Alcorlo, Guadalajara (España); húmero femenino de Cueva de Lezetxiki, Mondragón, Guipúzcoa (España); 5.000 fósiles de 28 individuos de la Sima de los Huesos de Atapuerca (España) datados en 320.000 años.
A estos fósiles habría que agregar, según algunos autores, el cráneo de Ceprano (Italia), que ha sido datado recientemente en 400.000 años. También se asocian a heildelbergensis los posibles rastros de viviendas, muros bajos, chimeneas, uso del fuego y herramientas achelenses asociadas con 400-380.000 años, de Terra Amata (Niza, Francia), descubiertos por Henry de Lumley en 1966 (si bien fueron impugnados por autores como Paola Villa quienes creen que de Lumley se excedió en sus conjeturas, ya que la mayor parte de las evidencias pueden ser explicadas por eventos naturales). Otros sitios con supuestas evidencias de uso de fuego: Suffolk (Inglaterra), Finisterre (Francia), Vértesszöllös (Hungría).
Respecto a los fósiles de la Sima de los Huesos, presentan varias singularidades. En primer lugar está el hecho de que se trata de la mayor concentración de fósiles homínidos de todo el Pleistoceno Medio descubierta hasta hoy (costituyen el 80% de los fósiles del período). Data de 1976, cuando el equipo de Trinidad Torres descubre los primeros restos (fragmento mandibular de 300.000 años: AT76-T1H). En segundo lugar está el hecho de que se encuentra envuelto en el misterio: no hay una explicación contundente sobre la presencia de 28 individuos concentrados en una cueva. Por último, los fósiles parecen ser diferentes al resto de los conocidos como heildelbergensis.
Sobre los fósiles en sí, incluyen: 10 cráneos (10 de ellos con criba orbitaria o perforaciones en el interior de las órbitas, y varios con rastros de traumatismos curados), 6 mandíbulas robustas y sin mentón (con signos de artrosis degenerativa en seis de ellas), alrededor de 500 dientes sin rastros de caries y con marcas de uso de mondadientes, con rasgos neanderthaloides típicos (incisivos superiores en pala, caninos con cíngulos gruesos, premolares no molarizados, molares decrecientes en largo y en ancho), 466 costillas, 645 vértebras, 42 clavículas, 114 escápulas, 110 húmeros, 65 cúbitos, 85 radios, 173 fémures, 89 tibias, 105 peronés, 20 rótulas, restos de extremidades (304 falanges de manos, 208 falanges de pies, 101 carpos, 93 metacarpianos, 103 tarsos, 80 metatarsos) con señales de líneas de Harris en restos infantiles (evidencia de enfermedades infantiles), hioides y huesos del oído (que han permitido a autores como I. Martínez inferir capacidad de lenguaje articulado en aquellos individuos).
Los fósiles más conocidos de la Sima de los Huesos son: Atapuerca 5 (AT700), conocido como "Miguelón", descubierto entre 1992 y 93 por José Luis Arsuaga, es un cráneo completo de 300.000 años y capacidad de 1125 cc, de cuyo análisis se ha deducido que era diestro; Atapuerca 4 (caja craneal completa sin cara de individuo adulto con artritis avanzada); pelvis y otros huesos de individuo adulto ("Elvis", datada en 500.000 años, con rastros de padecimiento de enfermedad degenerativa grave; cráneo deforme de niño enfermo de 10 años ("Bemjamín"), y antigüedad de 500.000 años, evidencia de que la comunidad cuidaba a aquellos individuos inválidos.
A pesar de los casos señalados la mayoría de los individuos hallados en la cueva no muestran síntomas de enfermedad, ni tampoco rastros masivos de haber sido devorados por carnívoros o por congéneres (es decir, canibalismo). La hipótesis más extendida es que se la cueva era un lugar donde se depositaban los cadáveres de los que morían. Otros autores apuntan a algún tipo de accidente que produjo la muerte de un grupo de individuos que quedó atrapado en el lugar.
La cuestión de la extrema variabilidad de los restos de Atapuerca ha sometido a presión a la hipótesis del heildelbergensis generalizado. Sostenida ésta por autores como Rightmare (1997) y Ward (también por de Lumley y Aguirre desde 1977, quienes argumentaron en contra de la existencia del taxón erectus en Europa y África restringiéndolo a Asia), se basan en la idea de que, pese a las diferencias, es razonable hablar de un clado taxonómico europeo antepasado de Neanderthalensis con características genéricas comunes. En efecto ellas serían: mandíbula moderadamente robusta, dientes pequeños, arcada dental parabólica, bóveda craneal baja y alargada, capacidad cranena de hasta 1350 cc., arco cigomático saliente y orientado hacia adelante, gran abertura nasal, frente huidiza con torus pronunciado en doble arco, prognatismo profundo, extremidades inferiores largas, pelvis corta en forma de cubeta, estatura elevada (hasta 1,80 metros, las hembras diez cms. menos) y peso de hasta 105 kg. Se trataría de un tipo humano que revela fuertes indicios de cohesión y organización social, además de una posible conducta cazadora. Heildelbergensis no sería estrictamente (o exclusivamente) hablando un carroñero y clectoparásito como el Homo ergaster (quizá erectus también). Se cree que podía hablar, manipulaba el fuego (quizá también lo producía) y también utilizaba abrigos de pieles.
Sin embargo los investigadores vinculados a Atapuerca apuestan a una revisión de la hipótesis heildelbergensis. Stringer (1993) y Arsuaga creen que se trata de una cronoespecie (segmento de linaje que ha sufrido un débil proceso evolutivo, por lo que no se lo puede considerar una especie definida) que forma parte de la evolución anagenética (filética o progresiva) de neanderthalensis (Dean, 1998), o un grado (conjunto de grupos con evolución en paralelo).
Esa es la razón por la que algunos autores conservan las denominaciones steinheinmensis, swanscombensis, tautavelensis, paleohungaricus, petraloniensis, palaestinensis, mauritanicus...para los distintos fósiles con características peculiares.
El llamado Hombre de Steinheim podría ser una variante local posterior a los restos Heildelberg clásicos (Mauer). Incluye el cráneo de Steinheim, de 1100 cc.,, encontrado en 1933, perteneciente a una mujer de 25 años y una antigüedad de 250-300.000 años, que murió a causa de un meningioma (según los estudios de Alfred Czarnetzki, Carsten Pusch y Schwaderer Erwin de la Universidad Eberhard Karls de Tübinga, Alemania, realizados en 2003). También podrían agregarse los fósiles de Ehringsdorf, en total restos de siete individuos hallados entre 1908 y 1925, datados algo imprecisamente en alrededor de 250.000 años de antigüedad.
El llamado Hombre de Swanscombe es el prototipo para la variedad heildelbergensis de Inglaterra. Los tres fragmentos del cráneo de Swanscombe fueron encontrados en 1935, 36 y 55 por Alvan Marston y pertenecen a un individuo con capacidad craneal de 1325 cc., que vivió hace 200-300.000 años. Se incluyen en el grupo los restos de Boxgrove y Pontnewydd.La región de Swanscombe era conocida desde antes del hallazgo de los cráneos por la numerosa evidencia de industria achelense-clactoniense encontrada, datada en 400.000 años.
El occipital hallado en la localidad húngara de Vértesszöllös, asociado a industria lítica achelense, datado en 300.000 años, posee rasgos arcaicos acentuados, pero su capacidad craneal es de 1470 cc. Ésto lo colocaría prácticamente en el rango de Homo sapiens. Por esa razón se lo catalogó anteriormente como Homo erectus u Homo sapiens paleohungaricus.
El Hombre de Tautavel (Pirineos Orientales) fué reconstruído en base aunos 80 fósiles de varios individuos que vivieron en Caune de l`Arago, Tautavel (Francia). Datados en 450.000 años presentan varias peculiaridades. Recuerdan al pekinensis por sus gruesos torus en doble arco, pero presentan una típica característica neanderthaloide: la mandíbula superior plana constituyendo una suerte de hocico (que no está presente en Steinheim). Su capacidad craneal es de 1150 cc. Aparece asociado a industria lítica achelense llamada tayaciense antiguo, a posible utilización del fuego y presunta conducta cazadora (otros autores creen que el Hombre de Tautavel era más bien carroñero y caníbal).
También presenta características distintivas el Hombre de Petralona, un cráneo de individuo adulto encontrado en en una cueva del monte Katsika, Petralona, Calcídica (Grecia) por el espeleólogo Christos Sariannidis en 1960. Presenta un occipucio en ángulo, no redondeado como es característico en neanderthalensis y en la mayoría de los heildelbergensis. Presenta prognatismo reducido y carece de cresta sagital, lo que lo dota de un aspecto muy moderno. Sin embargo posee el torus en doble arco, ancha apertura nasal y huesos de las mejillas inflados, características típicas de heildelbergensis. La mandíbula es ancha, la cara alargada, ancha y maciza en su parte superior. Su capacidad craneana es de 1220 cc. Ha sido datado recientemente en 250.000 años (anteriormente se lo ubicaba entre 750-550.000 años). Hay autores que discuten su filiación a heildelbergensis, aduciendo que es comparable a ciertos restos asignados a rhodesiensis
muy interesante , gracias por compartir, me sirvio mucho en mi estudio.
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