TODO DESDE NADA
EL FUNDAMENTO DE TODO ES NADA, EL FUNDAMENTO DE LO REAL ES LO IRREAL, EL FUNDAMENTO DE LA MATERIA ES EL VACÍO, EL FUNDAMENTO DEL TIEMPO ES LA ETERNIDAD.
Cuando Lieh
Tzu estaba comiendo a la vera del camino, en la ruta a Wei, vio una
calavera
centenaria. Cogió una vara y señaló hacia la calavera y, dirigiéndose a su
discípulo Pai
Feng, dijo: «Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido y nunca
morirás.
¿Crees que es ella la desgraciada? ¿Crees que somos nosotros los
verdaderamente
felices?».
Osho; TAO: THE PATHLESS PATH, Kairós, 2003,
España.
“Existe lo engendrado
y lo no engendrado, lo que se transforma y lo intransformable. Lo no engendrado
puede engendrar los seres engendrados y lo intransformable puede transformar
los seres que se transforman. Lo engendrado no puede dejar de ser engendrado,
lo que se transforma no puede dejar de transformarse. De ahí la incesante
generación, incesante transformación, que nunca deja de engendrar, nunca deja
de transformar.¡Es el yin y el yang! ¡Son las cuatro estaciones! Lo no
engendrado es la unidad indiferenciada; lo intransformable es un ir y venir, un
eterno retornar: el dao es inescrutable.”
LIE ZI, LIBRO DE LA PERFECTA VACUIDAD, Lie Yukou
El cielo (visto aquí como la fuente última de todo ser) cae (duo 墮, es decir, desciende a la proto-inmanencia) como lo informe. Es fugaz, revoloteante, penetrante, amorfo, y por eso se lo llama Luminaria Suprema. El dao comienza en el Iluminamiento del Vacío. El Iluminamiento del Vacío produce el universo (yu – zhou ). El universo produce qi. El Qi tiene límites. El claro, yang [qi] era etéreo y así formó el cielo. El pesado, turbio [qi] se congeló e impidió y así formó la tierra. La conjunción del claro, yang [qi] fue fluida y fácil. La conjunción del pesado, turbio [qi] fue tensa y difícil. Así que el cielo se formó primero y la tierra se hizo firme después. La esencia penetrante (xi – jing) del cielo y la tierra se convierte en yin y yang. Las esencias concentradas (zhuan) del yin y el yang se convierten en las cuatro estaciones. Las esencias dispersas (san) de las cuatro estaciones se convierten en las innumerables criaturas. El qi caliente del yang al acumularse produce el fuego. La esencia (jing) del qi del fuego se convierte en el sol. El qi frío del yin al acumularse produce el agua. La esencia del qi del agua se convierte en la luna. Las esencias producidas por el coito (yin) del sol y la luna se convierten en las estrellas y los puntos celestiales (chen, planetas).
— Huai-nan-zi, 3:1a/19
Śūnyatā, en las diferentes escuelas budistas es el equivalente a “cero”, “vacío”, “Nada”, “No-Yo”. También se usa en budismo el concepto de Anātman, traducible como “No-Yo”, “insustancialidad”, “carente de Existencia”, carente de Ego”, “sin Atman (aliento o alma)”. Equivalente al concepto “Wylie” (“stong-pa nyid”: vaciedad; “gzhan stong”, otro vacío y “rang stong”; auto-vacío), del budismo tibetano. Puede vincularse con la idea hinduísta de Brahman (etimológicamente, en sánscrito: “expansión”, “brote” ), el Principio Universal, que tiene una acepción en la tradición vedanta advaita llamada Nirguna Brahman, el Brahman sin cualidades anterior y más allá de Todo (opuesto a Saguna Brahman: el Brahman con cualidades). Sin embargo, en el visnuismo y krisnaismo, Brahman, creador de los universos materiales con su mente a través de Prakriti (materia básica, naturaleza) y Akasha (fundamento y esencia de todas las cosas, Cielo, Espacio), surge en la morada espiritual Vaikuntha de un loto en el océano de Garbhodakasai Visnú (“el Visnú acostado en el océano de concepción’), segundo de los avatares de Visnú después de Karanodakasai Visnú o Majá Visnú (‘el Visnú acostado en el océano causal’). Quizá también se podría asociar con las ideas de Hiranyagarbha (Matriz Dorada o Universal) y Brahmanda (Huevo Cósmico) en la filosofía védica.
En la tradición Dzogchen del budismo tibetano y Bön existe el concepto de Rigpa, que básicamente significa “conocimiento” (al igual que jñāna, la “conciencia prístina”, del cual deriva el término griego gnosis) Es un concepto central en el Dzogchen y se refiere al conocimiento de gzhi (base, fundamento, estado primordial de conciencia vacía pura). Como "sabiduría primordial reflexivamente autoconsciente" se relaciona con los términos ye shes ("el estado original, no adulterado de conciencia") y rig stong (“vacío”).
La idea de un principio no causal e inmutable evoluciona en los textos hindúes con distintos nombres: Purusha, Paramātman. Inicialmente concebidos como un Ser Cósmico o Entidad Creadora, luego se convierten en conceptos abstractos que reúnen ideas como la realidad absoluta y última.
En ultima instancia la realidad en el hinduismo es percibida como Maya, un concepto polisémico que suele asociarse tanto a la idea de "ilusión" o "magia" como a la de "engaño" e "ignorancia". En el budismo tibetano la comprensión de que lo real es básicamente nada produce la liberación de la Rueda del Samsara (reencarnación en los planos existenciales).
Gaudapa, Māṇḍukya Kārikā 2.16-19
Los seres humanos históricamente han tenido diversas relaciones y formas de percibir esa realidad superior. La mayor parte de las veces la han personificado en la figura de un Ser Creador o varios Seres Creadores, acompañados de un estado de cosas llamado Caos, Abismo, Océano Primordial, Éter o, incluso, Vacío. Es curioso que los científicos en algún momento (en 1913, el químico Lawrence Joseph Henderson trató el tema en su libro The Fitness of the Environment) se toparon con un problema cosmológico aún pendiente de solución llamado el Problema del Ajuste Fino. Básicamente se trata de la constatación empírica de que una quincena de constantes físicas fundamentales en un rango extremadamente estrecho de valores hace posible el Universo en el que evolucionamos. Incluso para algunos científicos esta cuestión parece sugerir algún principio ordenador, seleccionador o inteligente en el Cosmos ya que las teorías que intentan explicar el asunto como un fenómeno aleatorio no son del todo convincentes. De todos modos, lo mismo que observaron los científicos modernos es lo que encontraron nuestros ancestros con métodos que apenas imaginamos.
Los mitos creadores se clasifican de varias formas. En
los modelos de Eliade y Long se clasifican en base a temas o motivos: Creatio
ex nihilo, el Buceador, Emergencia, Desmembramiento y División/Ordenación.
Marta Weigle agrega otros temas a esta lista: creación hecha por un creador
divino, creación realizada por dos creadores cooperadores o antagónicos,
creación a partir de división/conjugación, acreción/conjunción o secreción y creación por sacrificio del creador. Raymond Van Over propone una
clasificación basada en los siguientes tópicos: origen desde el Abismo o Vacío
primordial, origen desde un Huevo Cósmico, origen desde el desmembramiento o el
cadáver de una entidad originadora, deidad que se despierta en el Abismo o mora
eternamente en él, deidad creadora suspendida sobre el abismo y deidad que crea
a través de la palabra o sonido.
Curiosamente en la inmensa mayoría de los casos no es necesariamente una deidad o ser personal o impersonal el verdadero inicio, sino que subyace en el telón de fondo de todas estas historias, un concepto como Caos, Abismo, Vacío, Mar Primigenio o Huevo Cósmico que contiene o da origen al dios/dioses creadores. El principio inteligente que modela o confiere un ordenamiento al Cosmos puede estar ligado a este principio original o emerger de él.
La Creatio ex nhilio (Creación desde la Nada) en realidad no refiere a la existencia previa de
un Abismo, Caos u Océano primordial que contiene el material con el que se crea
el mundo y puede contener o no al creador/creadores de ese mundo. El Mundo
puede surgir debido a la voz, el aliento o respiración, secreción, pensamiento
o sueño de una entidad generativa que existe desde siempre. Estos mitos
subyacen en culturas animistas, en el Antiguo Egipto y también en historias de
creación contenidas en el Rig Veda. En efecto, en la mayoría de las
religiones nativas calificadas con el término algo polémico de animismo, existe
la creencia en una entidad creadora original todopoderosa, omnipresente,
omnisapiente, percibida como muy distante e inaccesible. Entre los Antiguos
Egipcios existen historias de Creación centradas en tres dioses creadores primordiales:
Ptah, Atum y Amón. Tales historias en algunos formatos pueden relacionarse con
la idea de Creatio ex nihilo, así como contener gérmenes de henoteísmo, monismo
y monoteísmo. Ptah es el dios creador en la cosmogonía menfita. Protector de
los artesanos, este dios antiguo creó al Mundo con la Palabra y la Mente a
partir de ideas desarrolladas en su Corazón. Mientras que en la mitología
heliopolitana, el dios creador es Atum, una entidad autoengendrada que había
existido como un ser potencial inerte en las aguas de Nu. Atum no solo crea,
sino que evoluciona en la multiplicidad que da origen a partir del proceso de
creación de Shu (dios del aire) y Tefnut (diosa de la humedad). Finalmente, los mitos de creación tebanos
ubican a Amón como el supremo creador, que rompe la quietud de las aguas
primordiales como el canto de un ganso y da origen a todos los dioses que son
solo manifestaciones de él mismo. Algo similar puede decirse del Rig Veda,
donde hay claras referencias al Uno (himno 1.164.46)., así
como a una instancia incognoscible previa al Creador (Sukta Nasadiya, el
himno número 129 del décimo mandala del Rigveda).
Sin embargo, la elaboración de la idea de Creatio ex
nihilo como fundamento de creencias teológicas es reciente. Es la base del
creacionismo como sustento ideológico en las principales religiones monoteístas
actuales. Es posible que se haya originado en concepciones más antiguas de
Creación a partir del Caos, ya que la idea de un Creador que crea a partir de
Nada sugiere la existencia de un principio original previo o coexistente al
menos.
La
idea de un océano primordial, asociado también con el concepto de Caos
primordial, aparece en varios mitos de la creación. Ese océano o mar es el tema
central en los mitos del buceador, dios primordial que se sumerge en el océano
para hacer surgir la tierra. Algo similar sucede con los mitos del pájaro buceador
e incluso los del huevo cósmico. En la mitología egipcia se habla del Nu o Nun
(nnw Nānaw en egipcio antiguo), una suerte de abismo acuoso primordial.
En la mitología hindú el huevo cósmico original (Hiranyagarbha) surge de un
océano primordial (mencionado en textos de Rigveda, Chāndogya Upaniṣad, Jaiminīya Brāhmaṇa y Śatapatha
Brāhmaṇa). En el sentido original el
Abismo hebreo se asociaba con las aguas primordiales: tehóm (תְּהוֹם,
lit. 'profundo, vacío') y ṣulā ( צוּלָה "mar profundo, inundación
profunda"). El Ginnungagap (abismo original, vacío aparente) existente
previo a la creación, que se extiende entre el Niflheim, reino de las tinieblas
y el frío, al Norte, y en el Sur, Muspelheim, el reino del fuego, está
compuesto de una sustancia acuosa llamada Eitr.
La idea del océano primordial es interpretada en algunas tradiciones con la noción de Caos, a partir del cual surge un principio ordenador. Sin embargo, en otros casos, como en los mitos de la desmembración o separación de una entidad cósmica originaria, existe la percepción de una pérdida de la totalidad o unidad de un principio original. Como si la instancia previa fuera en realidad una especie de orden o armonía perfecta, seguida de un Caos producto de la ruptura de ese orden y armonía primordiales y del establecimiento de un Orden posterior surgido de ese Caos.
En las tablillas mesopotámicas genéricamente conocidas como Génesis de Eridu o Mito Sumerio de la Creación, datadas en 1600 a.C, y 600 a.C. se hace surgir a los primeros dioses y al Universo de un océano primordial de agua dulce llamado Abzû o Apsû.
Un
fragmento del poema Enūma Eliš reza:
Otra
curiosa concepción de la realidad anterior a la existencia es la del Tiempo del
Sueño o simplemente El Sueño presente en las tribus aborígenes australianas. Aunque
se aclara que posiblemente la expresión aranda a la que se adjudicó
originalmente la expresión “soñar”, altjeringa, no sea la expresión
correcta, se admite que el concepto con algunos cuantos particularismos se
utiliza en la religión aborigen con otros nombres. En realidad, podría
definirse como un “tiempo sin tiempo” eterno, un lugar donde coexisten el
pasado, presente y futuro. Si bien en esa realidad alguna vez los Seres
Totémicos Espirituales realizaron la Creación, el Sueño continúa existiendo y
se mantiene una conexión permanente con nuestra realidad física (sobre todo
arraiga en lugares y localidades donde residen los dioses de la creación y
espíritus totémicos). Allí existen desde siempre las almas de todos los seres
que de vez en cuando encarnan en nuestra realidad y luego vuelven al Sueño.
Esta elaboración no es ajena a otras creencias animistas de distintos pueblos a
lo largo de mundo.
Los
filósofos griegos abordaron la cuestión de un principio original desde una
perspectiva monista en el caso de los presocráticos. Tales de Mileto,
Parménides, Anaximandro y Anaxímenes plantearon la existencia de una sustancia original
o elemento primero. Uno de los planteos más originales es el de Heráclito que
plantea la Unidad de los Opuestos (enantiodromía) y el Logos como
impulso primordial del Cosmos y la Naturaleza manifestada. Los socráticos
establecen una Metafísica más compleja. Platón propondría un mundo eterno de
las Ideas coexistiendo con el mundo sensible de las formas. Aristóteles propondría
una causa primera que identificaría como un primer motor inmóvil o pensamiento
autocontemplativo.
“…La nada del ser del ente sigue al ser del ente como la noche al día. ¿Cómo habríamos de ver y experimentar jamás el día como día si no existiera la noche! Por eso, la prueba más dura, pero también más infalible de la fuerza y autenticidad pensante de un filósofo es la de si en el ser del ente experimenta de inmediato y desde su fundamento la cercanía de la nada. Aquél a quien eso se le rehúsa está definitivamente y sin esperanza fuera de la filosofía»
Martin Heidegger
«Pensemos ahora esta idea en su forma más terrible: la existencia tal cual es sin sentido y sin finalidad, pero volviendo constantemente de una manera inevitable, sin desenlace en la nada: “el eterno retorno”. Esta es la forma extrema del nihilismo: ¡la nada (el sin sentido) eterna!»
Friedrich Nietzsche
En Occidente el problema de la Nada fue abordado no exclusivamente desde el nihilismo pesimista puro por pocos filósofos. Uno de ellos es Martin Heidegger, quien utiliza el concepto de Nichtung (desistimiento o anonadamiento) para aproximarse a una comprensión de tal cuestión. Heidegger estima que su Dasein (el Ser o, más exactamente el Ser del Ente que Existe) está inmerso en la Nada. Como la Nada está más allá del Ente, se entiende que su Dasein está también “más allá” de lo óntico. La Nada es revelada por la “angustia”, un tipo de sentimiento que nos aparta de lo ente al suscitar una desazón o extrañeza (Unheimlichkeit). Una sensación de derrumbe de lo familiar y cotidiano que conmociona al Dasein y lo conduce a un estado de percepción de sí mismo y del mundo en cuanto tal. También habla de otro camino para percibir la Nada: la experiencia de la “omnitud del ente”, que se logra a partir de sentimientos como la alegría y el aburrimiento. Una vez lograda esta experiencia es posible establecer por negación de esa omnitud una relación con la nada. Y para lograrlo no es posible usar únicamente la lógica. La negación surge de la propia nada y no al revés, por lo que no es posible hacer uso de la lógica. La nada pertenece originariamente al propio ser del ente y su ausencia es lo que lo hace posible.
Los autores occidentales asocian la nada a nihilismo. La nada es la anulación o negación de lo existente. En el caso de Nietzsche la cuestión del ser es un pseudoproblema derivado del concepto de “yo” y toda metafísica es nihilismo construido sobre la idea de la devaluación del mundo “real” o “verdadero”. En este sentido el nihilismo heideggeriano parte de otro supuesto: la nada es parte del ser del ente y el ser es parte fundamental de lo “real”. Heidegger, al contrario que Nietzsche, no niega el problema de la nada.
Sartre
utiliza dos conceptos: “négation” y “néantisation”. El primero
implica el rechazo de la existencia por parte de un individuo (ser arrojado a
la nada). El segundo es consecuencia del primero e implica la aparición de la
nada en el mundo. La nada es sostenida por el ser, en este caso, forma parte
del ser. La Nada no es resultado de negaciones sino el origen de ellas. El ser
para sí es la nada pura, una negatividad. El ser no tiene un sentido ni un
objeto, por lo que debe crearlo convirtiéndose en un ser en sí. Cuando el ser
toma conciencia de lo absurdo de su existencia (la náusea) hace aparecer la
nada en el mundo. A la vez esta nada lo impulsa a rebelarse y, eventualmente, a
ser responsable de sus actos y decisiones ya que es esencialmente libre y dueño
de su propia existencia.
Para Hegel el Ser puro y la Nada pura son la misma cosa. Definidos como ausencia de determinación y contenido, iguales a sí mismos. El vacío perfecto. La nada es absoluta negación de todo lo determinado.
Son perspectivas exclusivamente nihilistas las sustentadas por Miguel de Unamuno, Georges Bataille, Emile Cioran, Albert Camus y Albert Caraco, todas con una visión negativa de la Nada ligada al sinsentido y la desesperanza. Gianni Vattimo y Ernst Jünger presentan una perspectiva del nihilismo en un sentido más positivo, incluso apologética, como una esperanza de reconstrucción; una superación del nihilismo desde el mismo nihilismo. Claro que, en esencia, son planteos de tipo individualista que se centran en una visión pesimista y absurda de la existencia o en una suerte de voluntarismo optimista.
“No
llega a ser ni deja de ser y, en este sentido, se distingue del mundo del Ser.
Se llama una nada absoluta —o nada del absoluto— porque no puede ser abarcada
por ningún fenómeno, individuo, acontecimiento o relación en el mundo. Si es
absoluta, lo es precisamente porque no está definida por nada en el mundo del
ser que se le oponga. Está absuelta de toda oposición que le podría hacer
relativa, así que su única oposición al mundo del ser es la de un absoluto para
con lo relativo”.
Nishida, Kitaro
La
única escuela filosófica centrada en la Nada sin una perspectiva exclusivamente
nihilista es la Escuela de Kyoto. Se trata de la única escuela filosófica con
raíces orientales, aunque utiliza las categorías occidentales. La Nada para sus
principales autores (Nishida, Tanabe, Nishitani, Abe), es el fundamento o
mediación del Ser. En ningún caso la Nada tiene una connotación de destrucción,
ausencia de sentido, desaparición o negación, aunque el nihilismo puede usarse
como una vía para acceder a la comprensión de la Nada absoluta. El acceso a la
Nada se vincula con conceptos orientales como el autodespertar y la religión,
algo que lo distingue bastante de los autores occidentales.
Las predicciones de los Modelos Cosmológicos basados en la idea del Big Bang, con o sin Inflación Cósmica, conducen a un momento en el que colapsan todas las leyes de la Fisica. Ese momento incómodo es llamado Singularidad. Inspirado en las observaciones realizadas sobre las singularidades gravitacionales en los agujeros negros, se ha especulado con una Singularidad original que habría dado origen al espacio-tiempo. Pero todas las cosmogonías científicas se estrellan con este instante y hasta el momento, nadie parece sentirse cómodo con ninguna de las elucubraciones racionales que se ensayan como posibles explicaciones de aquello que está más allá de ese instante.
La
raíz de la incomodidad está en las implicancias de los distintos razonamientos.
La singularidad implica que las características físicas se tornan ilimitadas o
infinitas. Y cualquier especulación sobre la existencia o no de una
singularidad inicial conduce irremediablemente a la disyuntiva lógica de “Algo
o Nada”, donde Nada puede ser origen o fundamento de Algo como posibilidad o
Algo puede ser eterno.
La teoría del Big Bang y la métrica FLRW predicen que todo el Cosmos se expande desde un punto inicial previo a un estado conocido como Escala y Era de Planck (10 −35 metros y 10 −43 segundos). Ese punto sin embargo es un embrollo científico, ya que implica una realidad donde la realidad colapsa. Es decir, las coordenadas de espacio y tiempo, las leyes físicas tal como las describe la ciencia, dejan de tener sentido en ese estado inicial conocido como Singularidad Inicial.
La cosmología clásica o Cosmología Física describe de forma científicamente satisfactoria la evolución del Universo en base a la Teoría General de la Relatividad (GTR) formulada por Albert Einstein, en base al Modelo del Big Bang (sobre todo el Modelo Lamda-CDM o Modelo Cosmológico Estándar) que sustituyó definitivamente al anterior Modelo del Estado Estacionario en 1964 al descubrirse el Fondo Cósmico de Microondas (CMB). La idea de que el Universo está en expansión desde hace alrededor de 13. 800 millones de años (13.787 ± 0.020 millones de años para ser exactos según Max-Planck-Gesellschaft del 21 de marzo de 2013), a partir de un evento inicial al que se lo terminó tipificando como Big Bang, encuentra múltiples confirmaciones en la observación científica, en las simulaciones y en los modelos físico-matemáticos. Pero surge un problema espinoso: la misma teoría no puede explicar el Big Bang. De hecho, sigue habiendo misterios no del todo resueltos en ese punto ciego de los primeros 300.000 años del Universo Primitivo, cuando reinaba una impenetrable oscuridad y donde ocurrieron sucesos que determinaron las características del Universo Observable. Pero a pesar de su invisibilidad sigue siendo una fase cósmica regulada por las leyes de la física y al menos hasta los primeros instantes de la Era de Planck se puede especular con un elevado nivel de acierto sobre lo que ocurrió realmente.
Para poder adentrarse en ese reino de la “Nada” se utiliza como instrumento un campo científico todavía bastante especulativo conocido como Cosmología Cuántica que incluye los modelos de la física más allá del modelo estándar (BSM). Básicamente se trata de las Teorías de la Gran Unificación (GUT), los Modelos de Preones y las Teorías del Todo (TOE). Este enfoque busca una conciliación de la Teoría de la Relatividad General (GR) con la Teoría Cuántica de Campos (QFT). Esta última se utiliza para explicar las interacciones electromagnéticas, débiles y fuertes de tres de las fuerzas fundamentales en el llamado Modelo Estándar de la Física de Partículas. Sin embargo, no describe la cuarta fuerza fundamental, la gravedad, algo que sí hace la Teoría Relativista. Se hace necesario, pues, una Teoría de la Gravedad Cuántica (QG), que permita integrar las cuatro interacciones fundamentales en una Teoría del Todo. Pero tal cosa continúa siendo esquiva y ningún modelo resulta completamente satisfactorio ni comprobable empíricamente.
Las
dos preguntas básicas resumidas en “¿Por qué hay algo en vez de nada?” y
“¿Por qué tenemos este marco de leyes físicas y no otro?” son
confrontadas científicamente en base a dos modelos teóricos: la Física
Relativista (Mecánica Clásica Relativista) y la Física o Mecánica Cuántica. Básicamente
se trata de un planteo respecto al “problema del Tiempo”, concebido como
universal y absoluto por la Mecánica Cuántica y como maleable y relativo por la
Teoría de la Relatividad General. El resultado son dos posibilidades lógicas:
el Universo (o función de onda universal) evoluciona en el tiempo (el tiempo es
fundamental) o el Universo no evoluciona en absoluto (el tiempo es emergente,
aproximado, ilusorio o imaginario). La primera posibilidad implica que el
tiempo no comienza ni termina, mientras que la segunda implica o contempla lo
contrario. En ambos casos la “Nada” y/o “Vacío” tiene una significación
diferente. En el primer caso “puede existir” como una “fase”
entre “estados cuánticos” y en el segundo caso “existe” antes de que el
universo surja.
Esa Nada o Vacío (Vacío Cuántico, quizás) es precursora o el telón de fondo fundamental de un Universo o Multiversos surgidos de un Big Bang o de un Gran Rebote o de un ciclo infinito de Big Bangs y Big Crunchs. Como sea, esa Nada es ineludible.
El
empirismo normalmente se agota en reduccionismos respecto a explicar el “algo”
siempre dentro de ese “algo”. El Universo es el “todo” de la
ciencia y lo que está “más allá” simplemente es subsidiario. Es
necesario trascender estos condicionamientos y aceptar posibilidades como que
nuestra realidad podría formar parte de una realidad más amplia cuyo
entendimiento implique abrirse a nuevas formas de comprensión.
Por
el momento parece haber cierto consenso para aceptar la idea de que el Universo
primigenio pudo haber surgido espontáneamente de “Nada” a partir de una burbuja
en expansión de Vacío Verdadero creada a partir de fluctuaciones cuánticas en
un Falso Vacío metaestable. Respecto a la naturaleza de esa “Nada”,
prácticamente no existe una teoría científica capaz de abordarla. En 2014 una
simulación basada en la teoría de la trayectoria cuántica de De Broglie-Bohm,
utilizando la ecuación de Wheeler-DeWitt (WDWE), demostró matemáticamente que
tal cosa es posible. La idea es que, una vez formada esa burbuja en el Vacío
Verdadero esta es capaz por sí sola de expandirse en base a su propio potencial
cuántico actuando como una constante cosmológica, sin importar si se trata de
una burbuja cerrada, abierta o plana. La expansión llegará a su fin cuando la
burbuja se haga lo suficientemente grande. Esa burbuja puede incluso no ser
necesariamente una singularidad gravitacional y podría también ser compatible
con modelos teóricos no inflacionarios.
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TERESA VERSYP, Cuántica, Consciencia y Cosmología: T. Versyp (24, noviembre, 2017) El campo de punto cero, un mar de energía e información. https://teresaversyp.com/articulos/campo-de-punto-cero/
IMÁGENES:
Fluctuaciones de vacío cuántico - Espacio tiempo burbujas DETALLES DE LA IMAGEN: Colaborador/a:GiroScience / Alamy Foto de stock Tamaño:42,1 MB (2,7 MB Descarga comprimida) Autorizaciones: Modelo - no | Propiedad - no ¿Necesito una autorización? Dimensiones:4608 x 3192 px | 39 x 27 cm | 15,4 x 10,6 inches | 300dpi Ubicación:N/A
El círculo vacío en un trazo tipo sumi e simbolizando al Wuji (taosimo) o Ensō (budismo Zen). Zenwhat (talk) 03:03, 13 January 2008 (UTC) - Taken from an image on Wikimedia found here. The enso, a symbol of Zen Buddhism https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Enso2.png#/media/Archivo:Enso2.png
The Yowa, or Dikenga Cross, is a symbol in Bakongo spirituality that depicts the physical world, the spiritual (ancestral) world, the Kalûnga river (line) that runs between the two worlds, the four moments of the sun, and the mbûngi circle. By MiddleOfAfrica - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=131641276
ASTRONOO Imagen : La
abundancia del vacío en el que hay que reconocer la partícula de Higgs. Sabemos
por Max Planck (1858 − 1947) y su famosa fórmula E = hv que la radiación es
energía pura. Además, desde Albert Einstein (1879 − 1955) y su relatividad
especial, la energía se puede transformar en materia y la materia en energía.
Así el mundo estaría vacío de partículas durante tiempos muy
cortos. Las partículas de materia o la de energía se propagan en este
cuasi-medio prácticamente lleno. Las radiaciones llenan todo el universo, el
vacío tiene una estructura compleja de las cuales todas sus variables son cero.
En la imagen que se ve una colisión en el campo de Higgs, protones con iones de
plomo en el detector ALICE. Foto tomada durante el periodo de prueba en
septiembre de 2012 (Foto : CERN) http://www.astronoo.com/es/articulos/vacio-cuantico.html
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