LA ERA DE LUCY: AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS



Lucy era una hembra de casi un metro de estatura (1,07 cm. para ser exactos), 27 kg, y unos 20 años de edad. Vivió hace 3,2 millones de años en lo que hoy es Etiopía, pero se haría famosa recién en 1974. El 24 de noviembre de ese año el antropólogo estadounidense Donald Johanson, acompañado de sus colegas Yves Coppens y Tim White, al frente del equipo del International Affar Research Expedition, encontró el esqueleto en Hadar, valle del río Awash, a 150 km de Adis Abeba. Le puso Lucy en honor de una canción de los Beatles: "Lucy in the sky with diamonds". Recién en 1977 la revista Science admitió la publicación de los hallazgos. En ese entonces se fraguaba una revolución en el mundillo académico de la antropología. Actualmente los restos de Lucy (AL 288-1), compuesto por unos 52 huesos, descansan en una caja fuerte en Adis Abeba.
La especie Australopithecus afarensis se reconstruyó en base a los siguientes hallazgos: un resto de  fémur (AL 129-1a) y otro de tibia (AL 129-1b) de 3,4 millones de años encontrado por Johanson en 1972 en Hadar; una mandíbula de adulto (LH-4) de 3,6 millones de años, descubierta en 1974 por Mary Leakey en Laetoli (Tanzania); unos 200 fragmentos óseos ("La primera familia", AL 333) hallados por Michael Bush en Hadar en 1975, pertenecientes a nueve adultos y cuatro jóvenes (dos niños) y datados en 3,2 millones de años; las "huellas de Laetoli" ("Laetoli" significa "lirio rojo" en massai), encontradas en 1978 por Paul Abell cerca del volcán Sadiman, al sur de la garganta de Olduvai (se cree fueron hechas por dos homínidos bípedos hace 3, 7 millones de años); un cráneo de macho adulto (AL 444-2) descubierto por Bill Kimbel y Yoel Rak en 1991 en Hadar, datado en 3 millones de años; finalmente, un esqueleto de una niña de 3 años de edad (DIK-1/1) y 3,3 millones de años, encontrado en Dikika, Hadar, en el 2000, por el científico etíope Zeresenay Alemseged, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania ( al ejemplar se le llamó "Selam", que significa "paz" en amhárico).
Hay otros registros fósiles atribuídos al afarensis: Fejej (Etiopía) con 4,2 y 4,0 millones de años; Sibilot Hill, Lago Turkana (Kenya) con 4 y 3,8 millones de años; Belohdelie (Etiopía) con 3,9-3,8 millones de años; Maka (Etiopía), un fémur de 3,4 millones de años; Tulu Bor Tuff  (Formación Nachukui, Miembro Lomekwi, Turkana, Kenya), con 3,35 millones de años.
En 2005 es encontrado otro ejemplar de afarensis. Su descubridor es Alemayehu Asfaw, del equipo de Yohannes Haile-Selassie. Los halló en Korsi Dora, Woranso-Mille, Afar (Etiopía), y sus restos fueron desenterrados entre 2005 y 2008. Se lo llamó Kadanuumuu ("hombre grande"). Se trata del 40 % del esqueleto de un humano bípedo de 3,58 millones de años (más antiguo que Lucy). Se caracteriza por su gran tamaño (llega a los 1, 67 metros de estatura) la considerable longitud de sus piernas y el aspecto muy moderno de su hombro.
Los restos óseos encontrados permiten concluir que esta especie era bípeda (tenía el mismo patrón de bipedismo de anamensis y africanus), pero los brazos largos y los dedos de las manos curvados sugieren que tenían una intensa vida arborícola. La capacidad craneana oscila entre 375 y 550 cc, próxima aún al chimpancé. Precisamente las diferencias de capacidad craneana y estatura (los machos alcanzan los 140 cm, las hembras quizá hasta 120cm), entre otras, son notorias entre los ejemplares machos y hembras evidenciando un notable dimorfismo sexual. Los machos presentan un mayor prognatismo facial, caninos más grandes, mandíbula masiza. De todos modos se supone que el rostro y cráneo del afarensis se parecía bastante al de un gorila.  De hecho la inserción del músculo temporal demuestra un tipo de masticación frontal, similar a la de los gorilas y diferente a la de un Australopithecus robustus (utilización de los dientes anteriores, no los laterales).
Otra característica anatómica de afarensis era su pecho en forma de campana (estrechándose hacia arriba) distinto al nuestro que presenta forma de barril. No obstante, tanto el paladar como la estructura de la pierna es similar al  de los humanos modernos. No así la pelvis, con un pequeño canal de parto similar a un riñón.
Las investigaciones sugieren que el patrón alimentario de los afarensis era similar al de los gorilas de Camerún: frutos ricos en azúcar, semillas, tubérculos, cortezas, raíces. Se presume que también podía consumir carroña, pero no se lo considera un depredador. Al parecer podía asustar a las fieras con palos o huir rápidamente de ellas. Su vida transcurría normalmente en los árboles y, aparentemente, formaba grupos numerosos con intensa vida social.

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