HOMO GEORGICUS: ¿ANCESTRO DEL ERECTUS ASIÁTICO?






Un nuevo homínido descripto en 2002 irrumpe en el mundo de la antropología académica para poner un poco más de desórden en el caos de la evolución humana. Datado en 1,8 millones de años, su antigüedad por si sola parece desmentir su adscripción al hipotético clado ergaster-erectus. De hecho muchas de sus características anatómicas lo acercan al habilis. Compite con los fósiles de Orce (España) por ser el hombre más antiguo de Europa (también podría ser el más antiguo de Asia).
Con una estatura de unos 1,5 m., un peso de unos 50 kg., una capacidad craneana de 600-680 cc., postura bípeda y brazos largos con rasgos propios de un ser trepador de árboles, el Homo georgicus es una auténtica sorpresa anatómica. Otras características: doble quilla sagital, toro supraorbital muy saliente, ausencia total o parcial de mentón, palmas de las manos orientadas hacia el frente (presunta adaptación a la vida arborícola), cara con acusado prognatismo, caninos grandes,  molares grandes con esmalte grueso, incisivos grandes (en D-2.600 son pequeños), premolares con dos raíces (rasgo considerado muy arcaico), proporciones entre brazos y piernas muy modernas. Muchas de estas características anatómicas coinciden con las de Homo habilis y rudolfensis, aunque su tamaño tiende a ser mayor. Es evidente que no se parece a Homo ergaster. Más bien parece un intermedio entre las especies habilis y ergaster. Por otro lado aparenta ser un homínido adaptado a altas y frías latitudes. Vive en un ambiente más o menos árido, montañoso, pero cortado por valles profundos y ríos cubiertos de bosques y rodeado por estepas cálidas. Su dieta es, con seguridad, carnívora ( a pesar de que su dentición no es especializada) y las evidencias de que se trataba de un auténtico cazador y no un simple carroñero (algo que también parece ser evidente en los erectus asiáticos) son muchas. Los restos de este homínido aparecen asociados con instrumental lítico de industria olduvayense, comparable a Bed I de Olduvay o a Atapuerca TD-6. Se trata de cantos rodados y bloques angulosos de basalto, toba y andesita, de los cuales solo un 4,5 % fueron retocados. Un 4,3% son núcleos, un 10,4% son choppers y chopping-tools. Un 33,2% de las lascas son corticales. No hay bifaces y predominan totalmente las lascas frente a las herramientas. De todos modos hay evidencia de que los materiales fueron trasladados (proceden en su mayoría de lechos fluviales) hasta el yacimiento y seleccionados. El tipo de talla no es muy elaborado y está condicionada por la constitución natural de los núcleos o soportes.
Cinco presuntos representantes de una familia o grupo que hallaron la muerte por asfixia al refugiarse en una cueva huyendo de una erupción volcánica en Dmanisi, República caucásica de Georgia, hace 1,8 millones de años, es el principal testimonio fósil de Homo georgicus. Uno de los individuos parece ser un hombre viejo desdentado, testimonio de que los ancianos eran parte de la comunidad y se los alimentaba.
El primer hallazgo fue en 1991, por Atje Justus: una mandíbula con 16 dientes de 1,7-8 millones de años (D-211). En 1999 se encontró una calota craneal completa (D-2.280). También ese año Giorgy Nioradze halló un cráneo y fragmento de mandíbula de una hembra jóven (D-2.282). En 2000 aparece una mandíbula (D-2.600). En 2001 son encontrados un cráneo (D-2700) y una mandíbula (D-2735), ambos pertenecientes a un macho jóven o sub-adulto. En 2002 Slava Ediberidze descubre un cráneo (D-3400) asociado a industria olduvayense. En 2003 se encuentra una mandíbula de individuo anciano ("el Viejo de Dmanisi") de unos 40 o 50 años. En 2011 se encontró un hueso de dedo del pie, que se suma a otros hallazgos varios: vértebras, costillas, huesos de pies y manos, tibias, fémur, peroné. También se incluyen 2.241 objetos líticos de más de 2 millones de años de antigüedad.
Leo Gabunia fue el primero en proponer que se trataba de una nueva especie. En 2006 María Martinón-Torres y David Lordkipanidze, junto a Philip Rightmire, abonan esta hipótesis con más evidencias. No obstante Pontzer sostiene que se trata de Homo ergaster.

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